37 años, unos tipos muy auténticos
Desde su fundación en 1935 como “Escuela de aprendizaje No.3 “, hasta el nombre con el cual se le conoce el día de hoy “CecyT 9 – Juan de Dios Bátiz “ adoptado desde 1972, ha gozado del prestigio de ser una de las mejores instituciones del país a nivel medio superior.
La calidad de sus estudiantes y egresados es reconocida en Escuelas Superiores y Universidades incluso no del propio IPN, personas que están a la altura de los retos del mundo, la ciencia y la tecnología actual. Esto supone que son también personas éticas, con principios y valores, que ejercen respeto por el otro y su diferencia, inconformes, competitivos, innovadores, críticos, conscientes de sus derechos y deberes.
El sistema educativo del Cecyt en 1982 indicaba que: Un alumno se consideraba regular si al término del ciclo escolar solo adeudaba hasta dos materias de forma acumulada desde su ingreso al plantel, si tenia adeudo de tres materias, causaba baja temporal durante un año. Así, para continuar con sus estudios, durante este año de baja, debía acreditar por lo menos una materia de las tres que adeudaba y continuar con sus estudios.
Si el alumno tenia mas de tres materias no acreditadas después del ciclo escolar y el periodo de exámenes a título de suficiencia causaba baja definitiva del plantel. En cada semestre los grupos se conformaban por estudiantes de La misma carrera técnica que se impartiría durante los 6 semestres, en aquellos años y hasta el día de hoy. De acuerdo a su excelencia y el carácter innovador del Instituto Politécnico Nacional, también en este año 1982, el sistema de estudios se modifica, impartiendo nuevos planes de estudio, se implementan nuevas asignaturas a las ya existentes y se desechan algunas mas en un nuevo sistema de enseñanza. Los alumnos de cuarto semestre, que en 1983 tenían adeudos acumulados de tres materias debieron esperar un año para, después de acreditar por lo menos una materia, continuar con sus estudios de bachillerato, es decir, continuar su 5° semestre en 1984. Estos alumnos, al regresar a ser inscritos en el centro de estudios, encontraron la problemática del cambios de sistema educativo distinto al cual habían iniciado al ingresar a centro de estudios años atrás. Este echo dio lugar a la formación de un grupo que continuara con el sistema de enseñanza anterior al vigente para dar cabida a estos estudiantes que habían sufrido un rezago. Oficialmente se le llamó “EL GRUPO ESPECIAL” , el único grupo existente en Cecyt 9 al cual se le impartían clases con el recién suplantado sistema de enseñanza.
Otro aspecto relevante de este grupo era sin duda la conjunción de las tres carrera técnicas que impartía el Cecyt en aquel entonces;
había estudiantes de las carreras de:
Maquinas y herramientas, Electricidad y Programación.
Como lo manifestara con extraordinaria honestidad un ex alumno de este grupo, a través del tiempo. La mejor descripción de para este grupo es sin duda su autenticidad. El que escribe, otro ex alumno de este grupo, establezco también mi sentir al haber tenido la experiencia invaluable de pertenecer al llamado “Grupo especial”. El peso de saberse parte de un Instituto como el IPN, la carga de pertenecer también a la que en mucho tiempo ha sido considerada la mejor escuela vocacional de Instituto, no es de ninguna forma algo sencillo de llevar, otro motivo de satisfacción para todos los alumnos y ex alumnos de esta escuela. Todos los alumnos del recién creado grupo especial habíamos probado ya el trago amargo de dejar pasar a tus compañeros de grupo para regularizarte en un año fuera de la institución, sin duda doloso para cada uno de nosotros; Sin embargo este este echo común, nos hizo crear una empatía tan fuerte que propicio conocernos mas profundamente, nos unió, nos identificó, nos dio popularidad y el título de “especiales”, no importando de dónde viniera el calificativo y se crearon lazos afectivos que perduran hasta el día de hoy. La carga común se volvió ligera pues la compartimos todos, unidos. Nos conocimos y compartimos mucho mas que un salón de clases, se crearon enlaces fuertes dentro y fuera de la nuestra querida escuela. Sin duda esta fuerza adquirida a partir de compartir un entorno crítico entre nosotros y de mostrarnos tal cual éramos, fue parte fundamental para que muchos en el grupo continuaran sus estudios profesionales, mas aun que llegaran a ser personas sobresalientes en sus mismas actividades profesionales.
Hemos recorrido caminos diversos, distintos y algunos separados del grupo, dese aquel 1985 en que egresamos de la vocacional 9. Si bien es cierto que únicamente compartimos dos semestres escolares, que significan un poco menos de un año en tiempo normal de vida, también es cierto que fue el tiempo suficiente para crear las vivencias, arraigos y sobretodo los valores de amistad mas sinceros que yo habría conocido hasta entonces y que marcarían pautas en mi forma de ver la vida. Para quien me lee, podría decir que todo lo plasmado aquí, es parte de lo que viven todas las generaciones de cualquier escuela, parte de lo que se vive en el “Alma mater”. Podrían tener razón pero, cuanto grupos especiales hay en cada centro educativo ? . Cuantos de estos se forma a partir de la adversidad para llegar a comulgar con un mismo sentir?. Cuantos de éstos continúan su tradición y arraigo a través de mas de tres décadas ? Cuantos, aun cuando fueron parte de otras instituciones de educación posteriormente, escuelas superiores o universidades, permanecen en el apego emocional a aquel grupo?.